lunes, 1 de abril de 2013


Enfrentar la muerte y la pérdida: aspectos psicológicos.
Confrontar la propia muerte.
En ausencia de cualquier enfermedad identificable, hay gente que por lo regular sufre deterioros cognoscitivos y funcionales, pierde el interés en comer y beber y muere en forma natural.
Algunas personas que han estado cerca de la muerte han tenido experiencias, que a menudo involucran la sensación de estar ausentes del cuerpo y visiones de luces brillantes o encuentros místicos.
Según Elisabeth Kuble-Ross hay 5 etapas para unirse a la muerte:
1. La negación
2. Enojo
3. Regatear por tiempo extra
4. Depresión
5. Aceptación


Patrones de aflicción
El duelo afecta prácticamente todos los aspectos de la vida de un sobreviviente, a menudo, el duelo lleva un cambio de estatus y de papel. También en algunas ocasiones tienen consecuencias sociales y económicas. En primer lugar se presenta la aflicción, que es la respuesta emocional experimentada en las primeras fases del duelo. Se dice que muchas personas se recuperan con bastante rapidez del duelo otras nunca lo hacen.


Hay tres etapas las cuales son las más estudiadas para el patrón de la aflicción:
          1.Shock e incredulidad: Después de la muerte, los sobrevivientes a menudo se sienten perdidos y confusos. Esta etapa puede durar varias semanas, sobre todo después de una muerte súbita o inesperada.
      2. Preocupación por la memoria de la persona muertaEsta etapa puede durar 6 meses o más, el sobreviviente trata de avenirse con la muerte, pero no logra aceptarla.
      3.Resolución: La última etapa llega cuando la persona en duelo renueva su interés en las actividades cotididianas 


Muerte y duelo a lo largo del ciclo de vida.

Niñez y adolescencia.
Entre los 5 y los 7 años los niños comprenden que la muerte es irreversible, los niños entienden otros dos conceptos importantes:
-Primero que es universal y por ende inevitable
-Segundo que una persona muerta no es funcional.
También creen que una persona muerta puede pensar y sentir. 


Manifestación de aflicción en los niños.
-Menores de 3 años: Regresión, tristeza, temor, pérdida de apetito,  irritabilidad, llanto excesivo, mayor dependencia, pérdida del habla, entre otros.
-De 3 a 5 años: Mayor actividad, estreñimiento, ensuciarse, mojar la cama, enojo y berrinches, conducta “fuera de control”, pesadillas, periodos de llanto.
-De edad escolar: Deterioro del desempeño escolar causado por la pérdida de concentración,  la falta de motivación, renuencia a asistir a la escuela, periodos de llanto, mentiras, robos, nerviosismo.
-Adolescentes: Depresión, quejas somáticas, conducta delictiva, promiscuidad, intentos suicidas, desertar de la escuela/colegio.

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